Negligencia hemisférica:
Es el deterioro de los centros visuales de un lado del cerebro que provoca que el enfermo sólo vea la mitad de las cosas. Estos pacientes sólo comen el lado izquierdo de lo que tienen servido en el plato, escriben en el lado izquierdo de una hoja o se atan sólo el zapato izquierdo.
Síndrome de Capgras:
Es un trastorno de la capacidad de identificación.
El paciente ve la cara de su cónyuge, por ejemplo, y está seguro de que se trata de un impostor. Parece que se debe a una desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva.
El paciente ve un rostro conocido pero no experimenta las reacciones afectivas correspondientes a la visión de ese ser querido, por lo que interpreta que se trata de un impostor.
Síndrome de Tourette:
Los pacientes de este mal sufren tics compulsivos que pueden ser de cualquier tipo, desde simples movimientos faciales a repeticiones de palabras o frases. En este último caso, el paciente se vuelve incapaz de controlar los sonidos y vocablos que emite.
A veces, el sujeto dice “tacos” y lo repite sin control en cualquier situación. Cuando la repetición incluye palabras obscenas, a este comportamiento se le llama “coprolalia”.
Síndrome del acento extranjero:
Los pacientes de este síndrome generan un patrón de lenguaje completamente distinto al propio. En ocasiones, el individuo termina hablando con acento distinto al de su país o una lengua irreconocible.
Síndrome de Munchausen:
Trastorno ficticio grave.
El paciente simula enfermedades aunque para ello tenga que ingerir productos o sustancias nocivas para la salud, e incluso se practica heridas y mutilaciones para llamar la atención y así beneficiarse de las supuestas ventajas de estar incapacitado y ser cuidado.
Ceguera al movimiento:
Es una variedad muy rara de “visión ciega”. El paciente ve bien los objetos que permanecen estáticos, pero no percibe el movimiento. Si vierte café en una taza, capta sin problemas la cafetera, el plato y la taza... pero el chorro aparece ante sus ojos como una columna helada e inmóvil.
Es un mal inhabilitante.
Síndrome de la mano ajena:
La “mano ajena” se presenta cuando las lesiones cerebrales se sitúan en la zona del cuerpo calloso que afecta al miembro “no dominante” (es decir, la mano izquierda si se es diestro). En este caso, la mano izquierda se activa por la acción de la mano dominante (derecha) creando un conflicto entre ambas manos.
“Cuando me subo los pantalones con la mano derecha”, dice un paciente, “la mano izquierda empieza repentina y simultáneamente a desabotonar mi camisa”.
Síndrome de Kleine-Kevin:
Consiste en la alternancia de periodos de normalidad con otros de hipersomnia acompañada de apetito voraz y diversas anormalidades de la conducta, como hiperactividad sexual y exhibicionismo.
Progeria:
Una de las enfermedades más raras que existen se llama progeria y se trata de un mal que acorta la vida de una forma dramática. Para quienes la padecen, un año equivale a siete u ocho, de manera que cuando debieran asistir a las clases del primer curso, es tos enfermos sienten y piensan ya como ancianos. Mueren apenas alcanzados los 10 ó 12 años, precisamente a causa de demencia senil.
Sin cerebro:
Según un informe del hospital neoyorkino de St. Vincent, en una de sus salas murió un bebé que se había movido, había comido con toda normalidad y había exteriorizado emociones a través del llanto. No obstante, la realizar la autopsia, los médicos no pudieron encontrar cerebro alguno en su cráneo.
El neurólogo Hufeland dio cuenta de otro caso semejante: durante la autopsia efectuada a un paralítico, que hasta su muerte había estado cuerdo, se descubrió que en lugar de cerbro tenía un cuarto de litro de agua.
jueves, 3 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ese síndrome de la Tourette!!
Qué sería de nosotros sin súper Taldo?!! jajaja "muévelo muévelooo"
Du...du psy...du psycho... xDDDDDD
De verdad que para morirse simplemente hay que estar vivo.
Publicar un comentario