Mientras científicamente todavía está por probar si los homosexuales nacen o se hacen parece que a este lado del Atlántico, el Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene completamente claro el origen de uno de los tradicionales enigmas que han acompañado al ser humano a lo largo de la historia. Tan evidente es dicho conocimiento que documentos del Pentágono afirman que el organismo norteamericano podría, incluso, haber estudiado la posibilidad de crear una bomba a base de hormonas que cambiara las tendencias sexuales del enemigo.
No, no es el día de los inocentes y lo que podría sonar a broma costó a los estadounidenses cerca de 7,5 millones de dólares.
Esta elocuente iniciativa comenzó a cuajarse en los Laboratoris Wright del Ejército del Aire en Ohio allá por 1994. El maquiavélico plan tenía como oscuro fin crear un dispositivo que rociase con un potente afrodisíaco a los combatientes enemigos, algo que desencadenaría una bacanal derivada del presumible comportamiento homosexual que experimentarían los afectados. Una triste y ridícula percepción del colectivo gay que se supone «minaría la moral del ejército a combatir».
Por supuesto, con esta abanderada propuesta de «haz el amor y no la guerra» inundando en forma de mofa la mayor parte de los medios de comunicación norteamericanos, al Departamento de Defensa no le ha quedado otro remedio que salvaguardar su orgullo y desmentir por activa y por pasiva dicha investigación.
El teniente coronel, Brian Maka, portavoz del Pentágono, no titubeaba al dejar claro que nunca se ha profundizado en lo que reconoció «como una propuesta que fue rechazada como otras muchas». Sin embargo, esa no es la opinión que tiene Sunshine Project, la organización con sede en Texas y Alemania que propuso la rocambolesca arma no letal.
La página web de la compañía recoge las afirmaciones de Edward Hammond, uno de sus miembros, que no duda en asegurar que «las declaraciones del Pentágono no son ciertas ya que la propuesta no fue desechada de inmediato» y recibió más atenciones de lo que el Departamento de Defensa quiere hacer creer.
Desde luego, una cosa esta clara los documentos del Pentágono existen y han sido desclasificados gracias al Acto de Libertad de Información estadounidense. Aunque no se estima el alcance que realmente obtuvo esta bomba gay, sí es cierto que existe un cédé rom con distintas opciones de armas no letales que fue distribuido entre varias Academias de Ciencia Nacionales.
Junto a la idea de 'cambiar de acera' al enemigo también se barajaban otra genialidades como el uso de un componente químico que dificulta la visibilidad ante la luz solar o el empleo de una sustancia que aumenta la agresividad de las abejas.
Fuente: www.nortecastilla.es
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario